Este proyecto nace de una premisa muy simple: ¿cómo crear colectivamente con, por lo menos, 11.400 km de distancia entre nosotrxs? Y de ahí, ¿cómo es el hacer artístico entre amigxs? Ser de aquí, estar allá, seguir ahí, hacer acá.
Audios de WhatsApp, mensajes de texto, correos electrónicos, reels de Instagram, memes en Twitter, canciones nuevas de Rosalía. ¿Qué cosas nos pasan en la vida a cada unx y cuál es nuestra puesta en común? ¿Cuáles son y cómo construimos los puentes que unen nuestros fragmentos? ¿Dónde nos encontramos? ¿Cómo nos sostenemos?
Este proyecto hoy es una plataforma para la creación en amistad, un sitio para el afecto que nos permite estar juntxs estando lejos, un espacio entre. Es nuestro primer paso, es la tormenta de ideas, el cruce de caminos en lo digital que nos lleva a un terreno común, donde lxs avatares—nuestrxs gemelxs digitales—se encuentran, trabajan y coexisten.
Lxs invitamos a flotar entre pedazos de nuestro hacer, a descubrir cómo el espacio virtual se convierte en un lugar de encuentro, en una metáfora del proceso mismo de crear y habitar, un gesto de resistencia, una celebración del encuentro, una apertura al cuidado de lxs afectos.
“Prácticas Espaciales” surge de una premisa fundamental: ¿cómo crear colectivamente cuando nos separan más de 11,400 km? A partir de esta pregunta, exploramos el hacer artístico entre amigos, navegando lo que significa ser de aquí, estar allá, y conectar en este vasto espacio digital.
La comunicación contemporánea se manifiesta a través de múltiples plataformas: audios de WhatsApp, mensajes de texto, correos electrónicos, reels de Instagram, memes en Twitter, y las nuevas melodías de Rosalía. Cada uno de estos elementos refleja las experiencias individuales y nos invita a una reflexión común. ¿Cuáles son los puentes que construimos para unir nuestros fragmentos? ¿Dónde nos encontramos en este entramado digital? ¿Cómo nos sostenemos mutuamente en la distancia?
Este proyecto se convierte en una plataforma para la creación en amistad, un espacio que celebra el afecto y permite la conexión a pesar de la lejanía. Imaginamos un espacio entre, un primer paso que representa una tormenta de ideas, un cruce de caminos en lo digital que nos lleva a un terreno común. En este entorno, nuestros avatares—nuestros gemelos digitales—se encuentran, colaboran y coexisten en un universo virtual.
Invitamos a los participantes a navegar y flotar entre las distintas manifestaciones de nuestro proceso creativo. En este espacio virtual, el diseño se inspira en el lenguaje de los videojuegos, donde la exploración y la interacción son fundamentales. Los gráficos transforman la experiencia en un juego de descubrimiento, una metáfora del encuentro mismo entre nosotro mismos.
Además, la animación del video cuenta con una composición sonora original lo que añade una dimensión auditiva única al proyecto. Esta banda sonora acompaña una atmósfera inmersiva que invita a los espectadores a sumergirse en nuestro mundo compartido.
Este entorno no solo es un lugar de encuentro, sino un acto de resistencia y una celebración del vínculo humano. Es una apertura al cuidado de los afectos, donde cada interacción se convierte en un gesto significativo. En este espacio, el arte y la tecnología se entrelazan para crear nuevas formas de conexión y expresión, revelando la belleza y la complejidad de nuestras relaciones en la era digital.